Creció viendo cocinar a su abuela Serafina y a los 18 años se mudó a Bariloche para estudiar en una escuela de cocina que nunca inauguró. Ese viaje fue el comienzo de un camino de aprendizaje en las cocinas de grandes referentes argentinos: Paul Azema, Francis Mallmann, el Gato Dumas. A los 22 años se hizo cargo de su primer restaurante, Llers, que fue un éxito. Vivió un tiempo en New York mientras llevaba la cocina de Vandam, favorito de muchas celebridades. De regreso en Argentina, enfrentó la crisis del 2001 con la apertura de Sucre (Sucre 676, Buenos Aires), uno de los restaurantes más prestigiosos del país. En 2014 inauguró, junto al restaurateur Martín Pittaluga, Mostrador Santa Teresita (Calle Las Garzas 20402), un restaurante de temporada en José Ignacio, Uruguay, que se convirtió en un nuevo clásico de la gastronomía esteña. A fines de 2018 inauguró en Buenos Aires su nuevo restaurante, Orilla, junto a su socio Martín Pittaluga, también en Buenos Aires.